
La topografía de muchas ciudades de Portugal no siempre ha sido pensada en favor de las personas discapacitadas, pues cuenta con muchas pendientes, a veces muy inclinadas, sobre todo en los barrios históricos, pero no hay que rendirse.
La ventaja es que Portugal también cuenta con muchas infraestructuras en favor de las personas con movilidad reducida, al contrario que muchos otros destinos en el mundo. En general los transportes públicos son accesibles. Si lo prefieres, los taxis tienen un preciso asequible y facilitan los desplazamientos. Los portugueses son muy simpáticos y basta con pedírselo para que te echen una mano, ¡una excelente ocasión para iniciar una conversación con los lugareños y aprender más sobre su cultura!
El centro histórico de Oporto forma parte del patrimonio mundial de la UNESCO, y lo hace desde 1996. Es verdad que la ciudad tiene encanto arquitectónico, pero el famoso brebaje que lleva su nombre también es una razón para visitar la ciudad. Es interesante comenzar una visita por el puente Luis I. Ese barrio se llama Ribeira, las casas tradicionales que se pueden admirar allí son magníficas y es en ese sector donde se encuentran las casas más importantes de Oporto. Los desplazamientos son bastante fáciles, incluso si vas en silla de ruedas. Se han acondicionado anchos paseos en cada orilla del río, el acceso está reservado a los peatones. Sobre el agua flotan barcas antiguas donde se han situado barriles de vino. Si deseas pasear en barco, será un poco complicado para los que van en silla de ruedas, pero con la ayuda del personal, es posible.
Hay dos bodegas a vistar durante una visita a Portugal y que son accesibles para las personas con movilidad reducida: Cálem y Porto Cruz. Además, el museo del vino de Oporto es realmente interesante yaccesible para las personas con movilidad reducida. Este ha sido acondicionado en una antigua bodega y narra la historia de los vinos del Duero.