Llegar a Súzdal en autobús puede ser un desafío para los menos aventureros y espabilados de vosotros. La "estación de autobuses" (minúscula choza en medio de un parking) está lejos del centro.
EL pueblo es muy bonito y bien merece una visita. El monasterio y las bellas iglesias forman parte del patrimonio arquitectónico y cultural de Rusia. Súzdalfueen laEdad Media, unimportantecentropolítico y la ciudad es conocida desde hace más de mil años.
Cuando fui en noviembre de 2011, no había nada que hacer en la ciudad salgo una visita a los lugares religiosos. Decidimos quedarnos dos días para conocer un poco más la vida de un (pequeño) pueblo ruso. Resultado: pasamos varias horas alimentando a las gallinas en una granja cercana a nuestro hostal.
Volvería encantado a Súzdal, pero creo que hay que combinar esta vista con otras etapas del Anillo de oro pues el pueblo es muy pequeño y está alejado (de Moscú) para dedicarle una visita durante una estancia en esta región de Rusia.
Llevaba mucho tiempo queriendo ir a Súzdal, desde que vi la foto de una de sus iglesias en una revista de viaje. Imagina unas cúpulas que representan un cielo estrellado, coronadas por cruces doradas y cubiertas de nieve. ¡Precioso! La realidad no me decepcionó. La catedral de la Natividad se oculta detrás de los muros del Kremlin. A través de los árboles del camino que conduce hasta allí pude distinguir algún destello azul y dorado pero no vi la catedral hasta que me encontré delante de ella. La imagen me causó un verdadero impacto artístico. Estuve contemplando la catedral desde todos los ángulos pero no me atrevía a entrar. Al final me decidí y de nuevo sentí un shock emocional No había nadie, estaba sola y mis pasos resonaban en medio de un riguroso silencio. El azul brillante de los frescos me hizo pensar en el Jardín Majorelle de Marruecos. Fue un instante mágico y solo me pertenecía a mí.
Un poco más abajo de la catedral hay una isba tradicional que se erige como un faro en medio de la bruma invernal.
En ese momento, sabía que estaba contemplando uno de los paisajes más bellos de mi viaje a Rusia.