En Jhuzhir la modernidad llegó apenas a partir de 2006 con la conexión a la electricidad. El agua se extrae directamente del lago Baikal y se filtra cuidadosamente antes de que se pueda beber.
La situación del pueblo es impresionantes. En medio de las estepas desérticas y de los caballos que trotan en libertad, la vista que ofrece el pico próximo del pueblo en el helado lago Baikal me llegó a asombrar. Es recomendable el invierno ya que, si bien el verano tiene un clima más agradable, también es más turístico y muy popular entre los rusos. Finalmente, algunos de los símbolos: la roca de Chamán que pone de relieve las creencias chamánicas que predominan por aquellos lares.
En el territorio de Buriatia, aprovechad también para tratar de relacionaros con las personas cercanas a los mongoles, quienes subsisten gracias a la pesca y a la tala forestal. Es una lástima que no se haga nada con los excedentes, que se amontonan en los saqueos salvajes del bosque. Aun a pesar de todo, Juzhir es un punto obligatorio de paso dentro de cualquier viaje a Rusia.