Para disfrutar de un viaje fuera de lo común, no hay nada mejor que el valle del Río Barguzín. Es un lugar de difícil acceso desde Ulan-Ulde, y no hay ninguna estructura turística desarrollada allí. Las caminatas y las acampadas serán duras, pero irán bien ya que el terreno es bueno. El horizonte se abre infinitamente entre lagos y estepas; encontré un ambiente similar al de la isla de Oljón, la más pequeña de las islas presentes en el lago Baikal.
Es posible hacer senderismo desde las poblaciones de Uro y de Suvo, esta última dominada por formaciones rocosas conocidas como la Sajonia de Suvo. Estas formaciones, diseminadas por todo el valle fluvial, acentúan el aspecto desértico e inhóspito del lugar.
Hacia el norte está el macizo montañoso de Barguzín, donde se están creando senderos. Esto nos da a entender el gran potencial turístico del valle del Barguzín, pero que aún está sobreprotegido.