En las orillas del Bósforo, en la parte baja del puente Bogaziçi, se encuentra el palacio Beylerbeyi. Tras un manto vegetal de árboles frondosos, descubres el edificio de mármol blanco. Construido a finales del siglo XIX bajo las órdenes del sultán Abdulaziz, adopta un estilo barroco francés. Beylerbeyi Sarayi sirve de residencia de verano del sultán y para la recepción de los jefes de estado extranjeros. En este sentido, cabe destacar que la princesa Eugenia fue recibida allí.
El palacio consta de planta baja y dos pisos. Cada pieza está ricamente decorada con relojes franceses, porcelanas de todas partes del mundo y suntuosos tapices. Sin embargo, son los candelabros en cristal de Bohemia los que llamaron particularmente mi atención. Aunque la mezcla de estilos no conviene a todos los gustos, ¡nos encantaría llevarnos algunos objetos para los próximos cumpleaños de la suegra!
Más pequeño y menos conocido que Dolmabahçe, me gustó más el palacio de Beylerbeyi. Debes, sin embargo, incluir la visita de uno u otro en el programa durante tu estancia en Turquía. Ten en cuenta que la visita del palacio solo se hace acompañado y no es muy larga. Por tanto, si dispones de un poco de tiempo extra, admira los estanques de los jardines o sigue hasta el barrio de Beylerbeyi para descansar.
Ideal para los viajeros que no disponen de demasiado tiempo.
Optar por la visita guiada del Palacio, muy bien estructurada, incluso si es un poco rápida.
Si deseas hacer una visita tranquila y bastante corta, te aconsejo ir al palacio de Beylerbeyi. Poco conocido y poco frecuentado, el palacio de Beylerbeyi es una pequeña joya del Imperio Otomano.
Recuerdo haber quedado maravillada por la suntuosa escalera y por su araña de cristal, por su jardín, grande y magnífico, y por la vista panorámica del Bósforo. Al final de la visita me gustó estar sentada al fresco, en una cafetería, al lado del estanque y a la sombra de los árboles centenarios.
Antes de abandonar el barrio de Beylerbeyi, te aconsejo descubrir sus callejuelas, cafeterías y restaurantes. Si tienes tiempo, ¿quizás te interese una pequeña visita al hammam del barrio?