Aunque las afueras de la ciudad están un poco estropeadas por las infraestructuras modernas, los edificios anárquicos y las carreteras, Artvin conserva cierto prestigio por su impresionante ubicación, en un flanco del espléndido valle del Çoruh.
La fortaleza de Artvin, situada en un cerro que domina la garganta, es un sitio espectacular. El casco antiguo de Artvin, por su parte, conserva bastantes construcciones de la época otomana (mezquitas, edificios de viviendas y fuentes), lo cual le da cierto encanto.
Sin embargo, el principal atractivo de esta pequeña capital de provincias son los espléndidos paisajes que se extienden por todas partes. Empinadas pendientes, un cañón rocoso, bosques y pastos, verdor y aridez... Esta región tiene todo lo que se podría esperar de una gran región de montaña. Además, los macizos de los alrededores tienen huellas de las civilizaciones que los ocuparon. Así, las ruinas del monasterio georgiano de Parekhi son un apasionante objetivo para hacer una ruta de senderismo.