Situada en los confines orientales de Turquía, el monte Ararat, que se erige majestuoso con su altura de 5165 metros, hasta hace poco estaba cerrado para los turistas. La causa eran las inestabilidades políticas y las reivindicaciones de los independentistas curdos en la región. En efecto, el monte es un símbolo tanto de Turquía y Kurdistán como de Armenia, apareciendo en los escudos oficiales de esta última.
Aunque subir el monte Ararat no es demasiado difícil (salvo los últimos metros, en los que hacen falta crampones), son más bien las complicaciones administrativas lo que impiden la ascensión al monte más alto de Turquía. Hay que tener una autorización del gobierno turco que tarda varias semanas, y por eso yo no pude escalarlo.
Pasé rápidamente por Ararat y no aconsejaría a nadie quedarse más tiempo del necesario para atravesar el pueblo durante su estancia en Armenia. Desafortunadamente Ararat no tiene mucho interés, se trata de un centro industrializado que vive principalmente de su fábrica de cemento y de su mina de oro, lamentablemente las dos han tenido un gran impacto ambiental en la región que las rodea.
Sin embargo, Ararat comparte nombre con el Monte Ararat, situado al otro lado de la frontera, en Turquía, cuya cima se encuentra a 5.137 metros lo que le convierte en el monte más alto de Turquía. Este volcán impresionante con una cima constantemente cubierta de nieve eterna sólo está a algunos kilómetros de la ciudad de Aratat y se distingue perfectamente. Sin embargo, para llegar hasta allí tendrás que dar una vuelta de varios kilómetros y pasar por Georgia, puesto que la frontera entre Armenia y Turquía está cerrada.