Como sucede con la mayoría de pueblos armenios, Eghegnadzor no destaca por ningún elemento sobresaliente. Su pequeño tamaño y su arquitectura moderna hacen de él una etapa de paso en el recorrido por las montañas del sur de Armenia.
Dicho esto, es en la región de Eghegnadzor donde comienzan a verse los imponentes paisajes del sur del país, en una pequeña carretera que serpentea a lo largo de las alturas. Basta con apartarse para observar las noches estrelladas alejados de la contaminación luminosa.
Los amantes de la arquitectura podrán disfrutar admirando la universidad de Gitelik y sus imponentes columnas, si bien mi preferida es el punto de encuentro de Selim, ubicado a 30 km al norte del pueblo, y que se destaca como el mejor conservado del país, con el lago que le bordea. El lugar merece una visita durante un viaje por Armenia.