Los turistas suelen saltarse el sudeste durante un viaje por Bolivia, y, sin embargo, es una de las zonas que más me gustan. Con sus inmensos bosques y sus cañones rojos, los cientos de tucanes volando y sus flores de vivos colores, la región de Santa Cruz de la Sierra es tan salvaje como hermosa. Llegué allí tras varios días de intensa caminata entre la abundante vegetación y me pareció un buen lugar para hacer un alto en el camino. No me costó mucho sustituir el néctar de las flores por los pasteles cremosos que me llamaban desde los escaparates.
Santa Cruz de La Sierra es una belleza de por sí. La vegetación no ha cedido del todo ante su desarrollo urbano, o bien la ciudad no ha querido deshacerse de ella. Me encantó caminar bajo los enormes árboles y admirar las iglesias y la catedral, rodeadas de palmeras. Además, toda aquella arquitectura colonial me impresionó.
Aunque en principio no tenía previsto en mis planes el realizar una parada en Santa Cruz de la Sierra, durante mi viaje por Paraguay, debo decir que no me arrepiento para nada de este pequeño cambio de itinerario. Conocida como la ciudad más tropical y desarrollada del país, Santa Cruz me sedujo por su ambiente de contrastes.
Si bien por su aglomeración no es precisamente lo que se diría una ciudad a escala humana, su centro histórico sigue siendo un enclave apacible y tradicional. Con un helado en la mano también pasé toda una tarde para aprender a jugar al ajedrez en la Plaza del 24 de septiembre con un grupo de jubilados especialmente pacientes. Después me dediqué a recorrer los barrios aledaños, cruzándome en el camino con muchos hombres de negocios que corrían a todos lados con su maletín en la mano. En el fondo, Santa Cruz de la Sierra es la combinación de una zona metropolitana, superpoblada y bulliciosa, y una zona centro de estilo colonial y más tranquila.
Nos dirigimos al este de Bolivia, más concretamente al departamento de Santa Cruz para descubrir Santa Cruz de la Sierra. Ciudad más poblada de Bolivia, Santa Cruz es una metrópolis dinámica y próspera. Rodeada por la vegetación tropical que a veces la invade incluso un poco, esta aglomeración boliviana sabrá encantar a los viajeros.
En el barrio histórico de la ciudad, alrededor de la Plaza 24 de Septiembre, la cuna de Santa Cruz, tuve el placer de contemplar los edificios coloniales de la ciudad: Basílica Menor de San Lorenzo, Casa de Gobierno... Tanto de día como de noche, la plaza de armas está animada. Mientras que algunos juegan al ajedrez, otros están durmiendo la siesta a la sombra de las palmeras. En el laberinto de calles de la ciudad colonial, los comerciantes venden frutas y verduras (prueba el achachiarú...) mientras que otros exponen sus objetos de artesanía. Cuando cae la noche, la juventud se dirige al barrio delEquipetrol en el que hay bares, restaurantes y discotecas.
Si haces un alto en la parte este de Bolivia, no dejes de visitar, sobre todo, la hermosa Santa Cruz de la Sierra. Forma parte de mis ciudades bolivianas favoritas. Hay que destacar que la ciudad es uno de los principales puntos de acceso al parque nacional Amboro.