Acabo de pasar un mes en Curitiba y la ciudad me ha encantado. Llena de encanto, parece un barrio residencial familiar gigante. Muy limpia y tranquila, me sentí segura (al contrario que en algunos lugares de otras ciudades de Brasil).
Si pasas por el sur, Curitiba puede ser una parada interesante en tu itinerario. Sin embargo, no tiene ni playas, ni monumentos históricos ni ningún lugar de interés turístico especial. No merece la pena parar en Curitiba durante un viaje a Brasil a no ser que te pille de paso. No te desvíes para ir.
No considero que Curitiba suponga una visita imprescindible durante un viaje a Brasil. De hecho, los circuitos turísticos no la suelen incluir. Sin embargo, se trata de un destino interesante que se puede visitar en poco tiempo (un día completo) y puede ser utilizado como escala antes de visitar Foz do Iguaçu, por ejemplo.
Lo mejor de Curitiba son sus numerosas zonas verdes. Te recomiendo pasear por las alamedas del Jardín Botánico, cuyos invernaderos son uno de los principales atractivos de la ciudad. Además, puedes pasear por el centro histórico, donde la mayoría de las calles son peatonales. Una de las visitas que más disfruté de mi viaje a Curitiba fue la del Museo Niemeyer, también conocido como “El ojo”, por la forma de su edificio. Además del interés arquitectónico del propio edificio, el museo exhibe interesantes exposiciones itinerantes. La exposición que había durante mi visita trataba sobre el diseño en Brasil y me pareció bastante buena.
Curitiba también es el punto de partida de una magnífica excursión en tren con destino a Morretes. Durante las tres horas de viaje, atravesarás la selva protegida de la Mata Atlántica, que se extiende a lo largo y ancho de las laderas de las montañas. Tanto si hace buen tiempo como si no, los paisajes te dejarán sin aliento.