Visité Eslavonia y es una región que me conmovió especialmente tanto por su doloroso pasado, como por la rusticidad de sus paisajes campestres y la sencilla belleza de sus ciudades y pueblos.
Osijek está construida a lo largo del río Drava. Al caminar por la orilla, uno pronto se da cuenta de que éste es el lugar donde se reúnen los jóvenes y hay algunos bares y restaurantes de moda, que se llenan rápidamente al caer la tarde.
Osijek es, por tanto, una ciudad con un ambiente juvenil y universitario, de la que me gustaron especialmenteme su bullicio y sus monumentos. Pude descubrir una parte de la historia croata menos conocida visitando el museo de arte de la ciudad y, especialmente, el Museo de Eslavonia.
Por último, si como a mí, te gusta la naturaleza, sal del centro de la ciudad y ve a descubrir el Parque Natural Kopački Rit, situado en uno de los humedales más importantes de Europa. El recorrido en barco por sus marismas es una experiencia sublime.
Osijek es una de mis ciudades croatas preferidas. No especialmente por su arquitectura, sus riquezas históricas o sus paisajes naturales de alrededor (que, aparte del Parque Nacional de Osijek tienen poco de espectacular), sino más bien por el ambiente tan especial que desprende. Es una ciudad pequeña (de unos 100.000 habitantes) fuera de los típicos itinerarios turísticos, acogedora y cálida.
Osijek se divide en dos partes: el centro de la ciudad y el casco antiguo, situado dentro de las murallas de la fortaleza de Tvrda, a algunos kilómetros del centro administrativo. Es precisamente dentro de la fortaleza donde te aconsejo que pases la mayor parte del tiempo. Primero porque, sin duda, es el sitio más bonito de la ciudad y, segundo, porque allí hay un montón de cafeterías, bares y restaurantes que se animan cuando hace bueno y los fines de semana.
Duramente afectada por la guerra, en Osijek aún podrás ver muchas cicatrices del conflicto.