A menudo, los viajeros que visitan Islandiase conforman con ver de lejos la isla de Papey. En efecto, esta pequeña isla de la parte oriental de los fiordos del este está inhabitada y sirve sobre todo como refugio para las aves marinas, y, especialmente, para la estrella del lugar, el frailecillo, que viene a anidar en verano con toda tranquiliidad.
Un verano pude ir a Papey gracias a una excursión que salía desde Djupivogur. En el programa, focas que descansan en la orilla, frailecillos que vuelan al ras del agua y dos horas de senderismo por la isla para ver la única construcción aparte del faro: una pequeña iglesia de madera, que dicen que es la más antigua y pequeña del país.
Esta visita es aconsejable sobre todo para los amantes de las aves y para aquellos que quieran observarlas más de cerca, aunque los acantilados de los fiordos del este están llenos de sitios donde ver a los frailecillos.