Llegué a comienzos del verano, así que pude disfrutar plenamente de Mangawhai y su playa « surf beach » que atrae a numerosos surfistas. Cuando el viento es suave, es muy agradable desansar en la cálida arena, mientras miramos la isla de Taranga. Si no eres demasiado perezoso, te recomiendo hacer la caminata que recorre por lo alto la playa, y desde donde tendrás unas vistas impresionantes de las costas de Northland. Quienes estén buscando tranquilidad podrán dirigirse al lago "spectacle", enclavado en el corazón de las colinas del interior.
Los pueblos de Nueva Zelanda son en general bastante dinámicos, y Mangawhai no es la excepción. Tuve la oportunidad de formar parte de la vida de una familia neozelandesa muy involucrada a nivel local. Esta última me ayudó a descubrir su estilo de vida diario con tareas profesionales, deportivas y caritativas, así como actividades nocturnas. Mangawhai tiene todo lo que buscaríamos en un pueblo en el que quedarse.
Por último, los golosos como yo, estarán forzados a hacer un alto en el « Mangawhai Déli », un café que sirve las mejores « pies » (tartas), una de las grandes especialidades neozelandesas y que no debes dejar escapar.