Esta ciudad de Perú se encuentra a 3800 metros sobre el nivel de mar, al noroeste del lago Titicaca. Cuenta con aeropuerto, por lo que es posible llegar desde Lima. Es la forma más rápida de viajar entre la capital y el Lago Titicaca, ya que el viaje en autobús dura unas 20 horas. Juliaca es la capital de la región de San Román y se la conoce más como capital económica que turística.
Si estás por la zona en los meses de enero o febrero, comprueba las fechas del próximo carnaval; una gran fiesta que los peruanos celebran en las calles, vestidos con trajes locales y al son de música tradicional.
De los puntos de interés, me gustó particularmente descubrir los edificios de la época colonial. La iglesia de Santa Catalina o el convento franciscano de Juliaca valen la pena.
Juliaca es realmente fea. Algo un tanto incomprensible dado el entorno en el que se encuentra... Básicamente, la ciudad es gris, sucia, ruidosa y sin ningún interés más que el de ver la estrella del día. De hecho aquí hay pocos turistas, así que la gente local en ocasiones - a veces más de lo habitual - se para a observarte o te hace señales con la mano para que vayas a conversar sobre cualquier tema.
La ventaja de la ciudad es su aeropuerto que permite conocer la región de forma rápida desde Cusco o incluso desde Lima. Y la verdad, el lago Titicaca debería ser una de tus visitas obligatorias en tu viaje por Perú. Aunque, repito de nuevo, Juliaca no lo es. Como mencioné anteriormente, te aconsejo visitar mejor el lado boliviano del lago (y la hermosa Isla del Sol). De hecho Puno - el aspecto turístico de la ciudad que tratamos en esta nota - no es una de las ciudades más agradables, y las islas que se pueden visitar desde este lado están extremadamente solicitadas. Excepto la península de Capachica, aunque en ese caso, tendrás que tener un poco más de tiempo.