Reszel era una de las plazas fuertes de los caballeros teutónicos, antes de que se volviese polaca en el siglo XV. Cuando llegamos allí, nos sorprende el antiguo encanto de la ciudad, que ha sabido conservar su sello. Calles pavimentadas, casas típicas prusianas, es un pequeño viaje en el tiempo el que ofrece el casco antiguo de Reszel. La plaza del mercado, con sus casas de dos pisos, su ayuntamiento y sus antiguas tiendas, destila una atmósfera de tiempo un tanto detenido.
Sobre todo, dos monumentos estrella de la época teutónica están aún presentes en Reszel: La magnífica iglesia gótica, toda de ladrillo rojo, con su fachada muy bien trabajada. Pero uno viene aquí, antes que nada, por el castillo episcopal del siglo XIV, obra mayor de la Orden Teutónica, junto a Malbork o Chelmno.