Poznan fue una ciudad que me encantó. Tiene medio millón de habitantes. El centro es una maravilla, sobre todo la plaza principal. Está totalmente pavimentada y rodeada de casitas barrocas de todos los colores. También hay muchas cafeterías y bares muy animados donde se juntan polacos y turistas por igual, y a cualquier hora del día.
Lo que me encanta de Poznan es su ambiente tan dinámico y estudiantil. Parece tener un aire especial, muy suyo, que la convierte en un lugar muy agradable, también para quedarse a vivir. Animada por el día y festiva por la noche, Poznan es para mí una ciudad imprescindible si haces un viaje por la parte occidental de Polonia. Además, la ciudad tiene muchos museos, lugares de culto y edificios históricos y da para entretenerse unos cuantos días.
Durante tu viaje a Polonia, Poznan es de visita obligada. Esta ciudad es magnífica y me encantó pasearme por sus calles. Mención especial para el casco antiguo. En esta parte de Poznan podrás admirar su imponente cámara municipal con su trabajada arquitectura. El edificio es precioso y el hecho de que esté en un barrio como el casco antiguo no le quita encanto.
En efecto, el edificio de la cámara municipal está rodeado de casas antiguas, destruidas durante la Segunda Guerra Mundial. Fueron restauradas, para la alegría de sus habitantes, por supuesto, pero también de los visitantes actuales. Mi mejor recuerdo de Poznan es la plaza de Stary Rynek. Se dice que es la plaza más bonita de Polonia.