Durante tu estancia en Portugal, debes absolutamente pasar por Cascais. La región de Cascais forma parte de las más bellas regiones que tuve la ocasión de visitar en este país. Pienso que son sus paisajes y su clima los que la convierten en una etapa imprescindible.
Si te gusta descansar, podrás disfrutar de su playa situada en pleno centro de la ciudad. Tuve la suerte de estar en Cascais fuera de temporada, no había, por tanto, demasiada gente en la playa pero imagino que en pleno verano esta playa debe estar abarrotada.
No te aconsejo que pases obligatoriamente mucho tiempo en la playa, mejor vete a hacer una excursión por los alrededores de la ciudad para ver los acantilados de Cascais, son vertiginosos, y si dejamos a un lado el clima se podría casi creer que estamos en Irlanda.
Situada en las proximidades de Lisboa, Cascais es una pequeña y adorable ciudad costera con su puerto, sus lujosas villas y sus magníficas bahías en las que practicar la inmersión. Del antiguo puerto de pescadores, no obstante, no queda gran cosa, hoy Cascais es un destino privilegiado para los lisboetas que vienen aquí desde que el sol hace su aparición, así que no cuentes con bañarte en total tranquilidad, ¡a menudo hay una muchedumbre aquí!
Sobre todo porque la ciudad de Cascais no tiene solo el mar Atlántico para ofrecer : un pequeño centro encantador, con numerosos cafés y restaurantes y una vida nocturna bastante animada. Personalmente preferí Cascais a su vecina Estoril, incluso si debo admitir que la multitud en verano puede llegar a ser algo agobiante.
Tengo un cariño especial por la ciudad de Cascais. En efecto, situada frente al océano Atlántico, esta pequeña ciudad está llena de encanto. Se concentra en torno a su puerto pesquero, su puerto deportivo y una playa de arena fina.
Muchos navegantes a vela se reúnen en Cascais durante su estancia en Portugal, porque su puerto deportivo es muy famoso. El centro de Cascais y su barrio peatonal son muy agradables para darse un paseo al final del día.
La ciudad posee un buen número de bares y restaurantes para los turistas o los aficionados a la navegación. Es mejor pedir a los asiduos del lugar y a los pescadores que te recomienden pequeñas tabernas, en las que yo comí deliciosamente bien por muy poco dinero.