Ciudad natal de Vlad Tepes, el "empalador", más conocido como Drácula, Sighişoara tiene el aire de ciudad de cuento de hadas. Colgada en lo alto de una colina en la magnífica región de Transilvania, Sighişoara muestra un increíble centro histórico detrás de las fortificaciones medievales de las que sobresalen los campanarios de sus iglesias. Su casco antiguo es una delicia: un laberinto de pequeñas callejas medievales entrelazadas, escaleras que se lanzan al asalto de la empinada ladera. Nada sorprendente que la ciudad esté inscrita en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO.
Particularmente aprecié mi paso por Sighişoara, una ciudad que es difícil no amar, aunque la encontré un poco demasiado hecha de nuevo, lo que le da, a veces, un aire de Disneylandia rumana... Aun así, sigue siendo un paso obligado durante un itinerario por Rumanía.
La ciudad feudal de Sighisoara está clasificada como patrimonio mundial de la UNESCO y es una etapa imprescindible durante tu viaje por Rumanía. Me encantó la vista desde la Torre del Reloj, puerta simbólica de la ciudad que domina los tejados y ofrece un bello panorama de las colinas que rodean la ciudad.
Pasear por las calles empedradas en pleno centro histórico de Sighisoara es verdaderamente agradable y la arquitectura alemana de la ciudad es para "morirse". Pequeña ciudad fortificada, Sighisoara nos seduce enseguida con su encanto. Una curiosidad de la ciudad es la escalera cubierta de madera, construida en 1654, que te llevará a la cima de la colina hasta la Iglesia de la Colina de estilo gótico.
La encantadora calle de las escaleras te permitirá descender a la ciudadela hacia las torres de la muralla (torre de los Peleteros, torre de los Carniceros, torre de los Sastres, torre de los Hojalateros) que también hay que descubrir. Desde mi punto de vista, no hay que prestar atención a la casa de Vlad Dracul (uno se pregunta, además, por qué está situada aquí).
Sighisoara ofrece muchas posibilidades para alojarse y comer. Es muy agradable sentarse en una terraza en la plaza de la ciudadela, degustar un helado y si tienes suerte, incluso tendrás derecho a un espectáculo callejero que solicita a los que pasan que intervengan como actores.