Hay algo realmente cautivador en Brasov, una de las más hermosas ciudades rumanas, que alberga un magnífico centro histórico, el cual parece ocultarse bajo la mirada protectora del monte Tâmpa, que se eleva de forma prácticamente vertiginosa sobre su plaza principal. El centro de la ciudad es uno de los más bohemios del país y cuenta con un impresionante número de cafés, restaurantes y bares que acogen a su vasta población estudiante, dedicada a arreglar el mundo hasta que acabe la noche.
De mi estancia en este lugar, aprecié especialmente el hecho de que Brasov cuenta con interesantes ejemplos arquitecturales (incluidos algunos soviéticos). Además, merece la pena visitar los restos medievales de su casco antiguo. Por otro lado, se encuentra en una situación ideal, en el centro de los montes de Transilvania y a proximidad del castillo de Bran, ¡en pleno corazón de la vida nocturna rumana!
Brașov es una ciudad muy curiosa, tiene detalles pintorescos bastante divertidos. Es mi ciudad preferida en Rumania.
Por ejemplo, está rodeada de montañas y su nombre está escrito en una parte, como el cartel de Hollywood. En invierno, también es posible dar una vuelta para ver a los osos hambrientos descender a las calles de la ciudad para comer en los contenedores, yo no lo he hecho, pero me parece una información divertida.
El centro de la ciudad es la plaza del ayuntamiento, la parte más bonita de la ciudad y la que tiene numerosos bares y restaurante se organiza alrededor de toda la plaza y de la calle Strada republicii. En comparación con otros lugares de Rumanía, los precios son bastante caros pero sigue siendo bastante competitivos con respecto a España.
Para mí, es un lugar imprescindible para un viaje a Rumanía.