Los viajeros que visiten la capital argentinadeberán andarse con ojo: es muy fácil enamorarse de Buenos Aires. Yo soy la prueba viviente: tras dos viajes no me pude volver a marchar y al final dejé allí mis maletas y me quedé 5 años más.
Me encanta Buenos Airespor la nostalgia que desprende, su crisol arquitectónico, sus viejos edificios testigos de la Belle Epoque, las calles adoquinadas del barrio de San Telmo, el parque de Palermo, los innumerables cafés y restaurantes que mantienen su esencia y nos hacen retroceder en el tiempo, y su trepidante vida nocturna.
Buenos Aires también es una ciudad mágica, ya que contiene trocitos de Francia, España, Alemania.... Cada uno encontrará lo que busca, según sus gustos o sus orígenes.
Un lugar mágico que te aconsejo totalmente es la librería del Ateneo, en el corazón de un antiguo teatro. ¡Incluso se puede tomar un café sobre el escenario!
Buenos Aires es una de esas capitales bulliciosas y vibrantes de Sudamérica. Había oído muchos elogios sobre Buenos Aires, pero no fue su belleza lo que me cautivó. Sin embargo, sin duda se respira una "onda" en la ciudad que la hace atractiva, sobre todo por la coexistencia de los barrios y sus atmósferas singulares.
Hacen falta varios días para captar la atmósfera del viejo barrio de San Telmo, el ambiente bohemio aburguesado de la zona residencial, y de Palermo, con sus numerosos bares, tiendas de delicatessen y restaurantes. El bonito barrio de la la Recoleta con su impresionante cementerio también es sin duda uno de los lugares que no hay que perderse durante una estancia en Buenos Aires.
Yo disponía de poco tiempo para visitar la ciudad, pero agradecí mucho la posibilidad de hacer un tour en un autobús turístico, que permite subir o bajar cuando a uno le conviene. Me gustó mucho poder parar en el popular barrio de La Boca, célebre por el equipo de fútbol Boca Junior, con todas sus fachadas de colores en la Calle Caminito.
Buenos Aires se parece a primera vista a algunas capitales europeas como Madrid. Sin embargo, al pasearme, pude darme cuenta en seguida de su encanto particular.
El barrio de la Boca me decepcionó bastantes con sus célebres edificios de colores: demasiado turístico y todo bastante caro.
Sin embargo, en seguida me sedujo esta ciudad llena de vida ¡donde la gente baila tango en cada esquina de la ciudad! Hay muchos "bares" que proponen veladas de tango, donde los argentinos se entregan a su baile favorito.
Visité la Recoleta, este inmenso cementerio donde puedes ver la tumba de Evita Perón y me encantó el barrio de Palermo, ¡rebosante de las maravillas del Street-art !
Si Buenos Aires es tu punto de destino en Argentina, no te pierdas los numerosos restaurantes de la capital para tomar una parrillada. En mi caso, el camarero cortó mi steak con...¡una cuchara! ¡La carne es increíblemente tierna!