Puerto Pirámides es un minúsculo pueblecito frente a la playa del golfo Nuevo. Consta de unas cuantas calles sueltas donde se concentran los hoteles, las empresas que ofrecen excursiones en barco y algunos comercios y restaurantes.
Las excursiones náuticas al golfo para avistar ballenas son imprescindibles. Existen varios tipos de embarcaciones y yo opté por la más pequeña. El espectáculo es fascinante. Las ballenas pasan bastante cerca de los barcos y podemos verles la cola y las aletas o contemplar cómo saltan a lo lejos. Un momento único de poesía y emoción, un recuerdo inolvidable para los niños y los que viajan en familia.
Puerto Pirámides es el único pueblo de toda la península de Valdés y el último territorio habitado antes de las tierras áridas que se extienden hacia el este. Es la base de operaciones ideal para explorar el resto de la península y sus 6 reservas naturales, admirar su fauna y recorrer sus escarpadas costas.
Pero Puerto Pirámides tiene mucho encanto, por supuesto. Para empezar, su excelente localización. Te encontrarás al borde de sus acantilados, con el océano perdiéndose en el horizonte y acompañado de leones marinos a tus pies, a escasos 10 metros. Sus paisajes son realmente espectaculares. Sin embargo, lo que es la ciudad no me cautivó especialmente. Está demasiado aislada.
Puerto Pirámides es la única ciudad de la península. La carretera para acceder a ella está llena de baches. Las distancias son largas y algunos de los caminos no son nada cómodos de recorrer. Pero la verdad es que el riesgo merece la pena. Aunque dependerá en gran medida de lo que busques: tranquilidad o aventura.
Tanto si te alojas en Puerto Pirámides como si no, la ciudad es de paso obligado para abonar la tasa de entrada a la reserva natural. No querrás perdértela por nada del mundo durante tu estancia en Argentina.
Visitar Puerto Pirámides durante un viaje por Argentina es la ocasión única de observar las ballenas desde más cerca.
Cada año, unas 800 ballenas llegan para dar a luz a sus pequeños. Antes de embarcar, todo el mundo se pone un impermeable naranja y un enorme chaleco salvavidas. Tiene gracia: nos parecemos todos al personaje de Kenny en los dibujos animados de South Park. A los cinco minutos de zarpar y sin siquiera haber salido de la bahía, ya aparecen las primeras ballenas.
Salir a observarlas es un espectáculo fascinante que no te puedes perder. Las ballenas nadan justo al lado de nosotros y sacan la cola o la cabeza del agua. Una pasó justo debajo de nuestro barco. Fue impresionante. También fue un momento inolvidable.