Situado en la provincia de Catamarca, Antofalla es un pueblo-oasis perdido en medio de ninguna parte. Rodeada por el Salar de Antofalla, esta aldea está habitada por 8 familias cuyos principales ingresos proceden de la agricultura, la ganadería y la artesanía.
Tuve la ocasión de descubrir este lugar único durante mi estancia en el noroeste argentino tras una primera parada en Antofagasta de la Sierra, a unos 80 km de allí. Antes de llegar al pueblo hay que atravesar el magnífico Salar de Antofalla. Es difícil imaginar que esta región desértica pueda estar habitada. Nada más llegar a Antofalla fuimos recibidos por el jefe del pueblo, que nos habló acerca del pasado minero de la región. Como dato curioso, la calle principal de la ciudad se llama Soledad, un nombre que me parece muy apropiado, debido al sentimiento de aislamiento que nos invadió a lo largo de toda nuestra visita.
Con respecto a los lugares de mayor interés próximos a Antofalla, no puedes perderte la magnífica Laguna Colorada, a los pies el volcán Carachi Pampa, que como su propio nombre indica, es roja. ¡Tendrás que verlo para creerlo! A lo lejos, varias vicuñas pastan tranquilamente mientras una colonia de flamencos abreva en la laguna. Tampoco puedes perderte el Ojo de agua de Antofalla, otra laguna roja muy próxima al Salar de Antofalla.