Durante nuestro viaje a Argentina, teníamos pensado ir a la Península Valdés con la esperanza de tomar bonitas fotos de las ballenas, emblemáticas del lugar. Sin embargo, lo que nos esperaba en Punta Norte nos dejó totalmente sin habla. Tras una hora larga por una carretera en mal estado, llegamos al borde de un acantilado. En la playa de enfrente, se congregaban decenas de elefantes marinos hasta donde alcanzaba la vista. A lo lejos, una ballena recorría tranquilamente la costa con su cría. Hasta ahí, todo era normal. Hay muchas vistas similares en la Península de Valdés, según teníamos entendido. Pero lo que nos esperaba era totalmente distinto.
Tras una hora larga de espera (los turistas, prismáticos en mano), aparecieron las estrellas de Punta Norte: nuestras amigas las orcas. ¡Y muchas, además! Era una gran familia que empezó a bordear la playa, muy cerca de los elefantes marinos. Esperábamos un ataque. En efecto, se dice que las orcas van a buscar su presa directamente a la playa, y, después, vuelven al agua. Todo el mundo se quedó expectante y sin habla. Las orcas, contra todo pronóstico, se fijaron en las ballenas y empezaron a rodearlas. Querían comerse a la cría. Creía que estas escenas solo se veían en la tele, pero no. Punta Norte no te decepcionará. Verdaderamente excepcional (el ballenato está bien, aquel día fallaron).
El gran espectáculo de la Punta Norte son las orcas: se tiran literalmente a la playa para engullir leones marinos. Según lo veáis, puede ser algo con tintes gore o magnífico. Yo no estuve allí en la época en que esto suele pasar, que es entre febrero y abril, y aun así confieso que no me lo pasé tan mal.
De todos modos, merece la pena visitar la Punta Norte fuera de la temporada de caza: allí se encuentra la mayor colonia de elefantes y lobos marinos de toda la reserva, pudiéndola observar desde un mirador y, a continuación, a través de un sendero que conduce a la playa. Estos bichos son bastante divertidos; de hecho, parece que pasan sus días varados en la arena para dorarse la píldora. El camino para llegar al lugar es muy bonito, y sin duda tendréis también la oportunidad de ver garzas, zorros, gatos monteses, guanacos y así sucesivamente.
Argentina es un país verdaderamente magnífico; os puede parecer realmente difícil organizar el itinerario, especialmente al tener en cuenta las distancias a recorrer. Afortunadamente, los autocares son de lo mejorcito y os llevarán a donde queráis, ¡incluso a este remoto rincón de la Patagonia!