Durante mi viaje por Bolivia, tuve el placer de pararme dos días en Sucre. La ciudad es muy agradable de visitar. Subiendo a lo alto de la ciudad, a La Recoleta, podrás ver unos atardeceres preciosos. Además, como el país es bastante religioso, incluso pude ver y participar en una procesión (hay muchas a lo largo del año). Tienen mucho colorido y cánticos.
Paseando por Sucre, muchos tour-operadores me acosaban para hacer visitas de la ciudad o sus alrededores. Al final, me dejé convencer por una guía independiente que me ofreció hacer parte del camino del inca de Sucre y visitar los pueblos jalq'a, una población india retirada que, sobre todo, habla quechua. La visita fue muy interesante, pero, al final, la barrera lingüística era demasiado fuerte y no tuve oportunidades reales de conocer a la gente. Los paisajes, bastante desérticos, eran muy bonitos.
Durante mi viaje por Bolivia hice una escala en la impresionante ciudad de Sucre, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fui a conocerla. ¿Me acompañas?
Sin duda Sucre es la ciudad más hermosa de Bolivia. Al contrario de lo que se suele creer, la verdadera capital constitucional del país no es La Paz, sino Sucre. Si bien tan sólo queda la Corte Suprema aquí. También le podemos otorgar el título de capital del arte barroco al contemplar las impresionantes fachadas de sus edificios. Es realmente agradable dar un paseo por aquí, y sentarse en la plaza del 25 de Mayo tomando un helado. Un bonito y tranquilo día entre la plaza, la catedral, la casa de la libertad y la iglesia de San Francisco.
Sentí un flechazo en esta bonita ciudad colonial a tan sólo 3 horas de autobús de Potosi. Fundada en el siglo XVI por los españoles, es en Sucre (anteriormente denominada Chuquisaca) donde se dieron a conocer los acuerdos de independencia de Bolivia. Por otra parte la ciudad lleva el nombre de su libertador venezolano: Antonio José de Sucre.
Sucre es apodada la "ciudad blanca" debido a sus muros de un blanco inmaculado, impresionantes cuando el sol refleja en ellos. El clima es suave y la vida agradable. En el día nos paseamos por el centro histórico de la ciudad y descubrimos los numerosos edificios coloniales de estilo barroco hispano-boliviano: la iglesia de San Lázaro, la basílica de San Francisco, así como el museo de La Recoleta. Por la noche hacemos como los muchos estudiantes de la ciudad: nos dirigimos hacia la calle Nicolás Ortiz, en donde se encuentran miles de bares y restaurantes. Para los que quieran llegar hasta el final de la noche, las peñas, esos típicos club de Bolivia, son una visita imprescindible.
Guardo un bonito recuerdo de esta ciudad festiva y animada donde los habitantes siempre están sonrientes. Sucre es un lugar que debes anotar en tu itinerario de este colorido país.