Los amantes de la observación de la vida salvaje podrían hacer una competición: Amazonia vs Pantanal. Simplemente evocar la Amazonia tiene la capacidad de despertar nuestro instinto aventurero, en busca de descubrimientos inéditos. Pero el Pantanal, además de ser la reserva de animales más hermosa de Brasil (increíble, pero cierto), también es un lugar poco conocido y, por lo tanto, la antítesis de los lugares donde los conceptos turismo y multitud van de la mano. Todo un placer para los que, como yo, buscan experiencias al margen de las rutas típicas.
Aquí encontraremos los pantanos, una tierra ocre, fauna y flora excepcionales... Y es que el Pantanal es todo un reino de la biodiversidad. Si le añadimos la hospitalidad incomparable que caracteriza a Brasil, eso nos da un motivo más para visitar este lugar.
Otras actividades disponibles: visitas a cascadas, a cuevas, senderismo y paseos a caballo, excursiones en barco, y por supuesto, los animales; acuáticoss, salvajes, y aves. Por mi parte, le doy una mención especial a Bonito y sus aguas cristalinas. No está en medio de la nada; debe ser la ciudad más conocida de la zona. Pero al mismo tiempo, es bellísima.