Belo Horizonte es una ciudad con una gran actividad económica, no obstante, es muy agradable pasear por sus calles. En mi opinión, si solo puedes visitar un lugar de la capital de Minas Gerais, este debe ser el barrio de Pampulha. El plan urbanístico de este barrio fue elaborado en los años 40 por Oscar Niemeyer, a petición del alcalde de la ciudad, Juscelino Kubitschek (ambos volverían a trabajar juntos años más tarde en el proyecto de la nueva capital del país, Brasilia).
Me considero un incondicional de la obra de Niemeyer y sus edificios de corte modernista, como la Iglesia de San Francisco de Asís, con sus hermosas líneas curvas. Es una auténtica joya, realzada por los magníficas zonas verdes diseñadas por Burle Marx y los murales pintados por Portinari, que se pueden contemplar en el interior de la iglesia. Un edificio que representa la arquitectura y el arte del siglo XX en Brasil.
Aparte de el barrio de Pampulha, para mí la ciudad tiene poco más que ofrecer. Sin embargo, es un lugar ideal para iniciar un buen número de excursiones a los alrededores, sobre todo a las ciudades históricas (Ouro Preto, Congonhas, Mariana...) y al Centro de Arte Contemporáneo Inhotim, situado a solo una hora de carretera.
Aún una gran ciudad... He de confesar que, antes de visitar Belo Horizonte por primera vez, no tenía muchas expectativas. Mientras me hallaba de paso por la capital de Minais Gerais para llegar hasta las ciudades coloniales, vi en Belo Horizonte un encanto muy superior al de otras ciudades del país.
Nada más llegar en avión al aeropuerto de Pampulla, me sumergí de inmediato en el ambiente de la ciudad y viendo su lago artificial desde los ventanales. Especialmente famosa por los edificios de Niemeyer que la rodean (como la famosa Iglesia de San Francisco de Asís), esta parte de la ciudad, tranquila y verde, es, con mucho la que parecía más agradable.
Si tenéis hambre, recordad que la gastronomía Mineira es famosa por ser la mejor de todo Brasil. El mercado municipal es una verdadera institución: a menudo asaltada por los gringos que están por allí de paso, sigue siendo el lugar ideal para probar los diferentes productos de la región. Os aconsejo que paséis allí la mañana entera para disfrutar del lugar con más tranquilidad.