Otavalo no se libra de los turistas. Es un lugar ideal para descubrir la artesanía local y hacer algunas compras. Entre tejedores, artesanos del cuero, joyas de plata, alfombras, bordados, pinturas y ponchos, en el mercado puedes comprar al por mayor o al por menor. Los quechuas tienen un gusto y una habilidad innegable para el comercio, sin que ello anule su identidad y tradiciones.
Hace falta un día entero para pasearse entre todos los comercios y elegir un producto de entre la inmensa variedad. Hombres y las mujeres llevan la vestimenta tradicional, ofrecen música en vivo en los restaurantes, y preparan comidas típicas. ¡Un ambiente 100% andino!
El intercambio local y los proyectos de desarrollo y de conservación de la cultura quechua mantienen unida a la comunidad. Es común encontrar proyectos deportivos (fútbol) o educativos que involucran a diferentes miembros de las asociaciones locales.
Gracias a este mercado, Otavalo es hoy en día el centro turístico de Ecuador. Ya que tuve la suerte de estar ahí, he aquí mis impresiones sobre la visita.
Puedo decir que es el mejor mercado de toda América Latina... y del mundo. Ya está, ya lo he dicho. Por supuesto es una opinión y como tal, subjetiva, pero a mí me lo pareció así. Ante la multitud de turistas se extiende un verdadero caleidoscopio de Ecuador concentrado en un pequeño espacio. Los indígenas están estupendos en sus trajes tradicionales. Las mujeres llevan bonitas faldas azul marino y corsés ribeteados. Los hombres no se quedan atrás en la vestimenta. Es un auténtico desfile de caras bonitas. Todo un paraíso para fotógrafos retratistas. Todo el mundo asiste a este mercado de ganado. El espectáculo no para. Un hombre tira de un cochino atado a una cuerda. El cerdo se resiste todo lo que puede. Se negocia con vacas, bueyes, pollos, caballos... Todo está a la venta. Dentro de una caja, unos cachorros buscan dueño. Una mujer mete la mano en una gran bolsa de jute y saca a conejillo de indias por el cuello. Aquí se le llama "cuy", y es un manjar. Orgulloso, un hombre pasea con su campeón en brazos. El campeón es un gallo de pelea que se deja querer. Increíble. También, otro cerdo, tan grande que le llega al hombro a su dueño. Paseé durante horas por el mercado para disfrutar y admirar este pintoresco caos. Es un regalo poder estar ahí.
Algo más lejos, después del mercado de frutas y verduras, tienes que ir a la famosa Plaza de los Ponchos. Parada de shopping obligatoria para todas las fashion-victim que se han renido a la tendencia de la moda andina. En resumen, un día en el mercado de Otavalo es un recuerdo inolvidable.
Yo pasé tres días en Otavalo, el primero lo dediqué a explorar el lugar y sus alrededores, a adaptarme al sitio, perderme por sus rincones y al final del día, visité la cascada de Peguche, donde asistí a un espectáculo surrealista: la grabación de un videoclip de tres cantantes que chapoteaban con los pies en el agua...
En el segundo día, contraté los servicios de Marco, un excelente guía con el que hice una excursión a caballo por la laguna de Cuicocha, a unos quince kilómetros de Otavalo. Fue una experiencia maravillosa, uno de los mejores momentos de mi viaje a Ecuador y se trata de un magnífico modo de hacer esta excursión.
En cuanto al tercer día, que era sábado, decidí visitar los mercados... El mercado de animales, el mercado de los ponchos, el mercado de alimentos y finalmente el mercado de ropa tradicional. Todo lo que me habían comentado era cierto, no tiene nada que ver con los mercados que había conocido hasta entonces. ¡¡¡Es impresionante!!!