Aparte del mercado semanal de los sábados, no veo ningún motivo para quedarse en Riobamba más tiempo durante un viaje por Ecuador. En el centro, en la plaza Maldonado, hay una catedral bastante bonita y edificios coloniales con fachadas de la época. Aparte de eso no hay gran cosa más que ver por allí.
Al final, Riobamba es interesante, más que nada, para recorrerse los alrededores. La naturaleza es espectacular. En especial, te recomiendo dedicarle algo de tiempo al parque del Chimborazo. Hay excursiones de todos los niveles para hacer el ascenso a la cima del volcán, a 6310 metros. Aparte de eso, solo me queda invitarte a dar una vuelta por alguno de los mercados de la ciudad. En cualquier caso, no hay razón para apalancarse en Riobamba.
Riobamba está a cuatro horas de Quito y a 2750 metros de altitud. A mí, lo que más me llama la atención es que antiguamente salía un tren de Riobamba y descendía hasta Guayaquil, al nivel del mar. Es una verdadera lástima que hayan acortado el recorrido. Como yo seguía en mis trece, me fui con un amigo ecuatoriano a Alausí en autobús (unas dos horas y media). Al final, hicimos el tramo con las vistas más espectaculares, hasta la «Nariz del Diablo», con giros de 360º, en el techo del tren.
Resultado: mil metros de desnivel en bajada y la impresión permanente de que el tren descarrilaría a cada maniobra. Definitivamente, se trata de una experiencia que no se puede perder ningún amante de los trenes y de las sensaciones fuertes, aunque lo suyo sería hacer el recorrido completo de la línea, de Guayaquil a Quito. ¡La próxima vez será!