Paso por Blonduos siempre que voy a la región. No requiere mucho esfuerzo ya que la ciudad se encuentra directamente en la carretera nº1, que da la vuelta a Islandia.
Cuando pienso en Blonduos, la primera imagen que me suele venir a la cabeza es su iglesia con su inmensa cruz anclada firmemente al suelo y su forma moderna y original, como una especie de acumulador de hormigón. Después recuerdo el centro, dividido en dos partes, cada una de ellas a un lado del río, con sus callecitas tranquilas, y su hotel antiguo, pero aún parece estar abierto.
No he visitado todos los museos de la ciudad, pero sé que hay un museo del hielo, otro de textiles y otro del salmón, por el que es conocido la ciudad. En cuanto a los restaurantes, no dejéis de parar en el Potturinn, el hermano pequeño del que está en Reikiavik.