Hveragerði se sitúa en el sur de Islandia. Es un pueblo muy peculiar, construido en mitad de una intensa actividad geotérmica.
Aquí, los islandeses hacen crecer sus verduras en inmensos invernaderos, que son fluorescentes por la noche. Los turistas se pasean por las colinas que lo rodean esperando poder bañarse en el famoso río de aguas termales naturales.
La primera vez que fui a Hveragerði fue en 2010, es decir, después del terremoto de 2008, inmortalizado desde entonces en el museo Quake 2008 que muestra los trastornos causados en la ciudad, muy gravemente afectada.
Sin embargo, el parque geotérmico es la atracción local por excelencia, sobre todo si viajas con niños, ya que podrán ver las fumarolas salir de la tierra, mojarse los pies en los charcos de agua caliente o ver cómo se hornea el pan directamente sobre el suelo.
Si tienes tiempo, toma el camino de la colina de los alrededores para descubrir aún más fenómenos geotérmicos. Guardo muy buen recuerdo. En aquella época, los lugares estaban mucho menos frecuentados. Sin embargo, al estar tan cerca de Reikiavik, cada vez hay más senderistas en la región.