
Los dos mejores periodos para viajar a Jordania son la primavera y el otoño, ya que las temperaturas son más agradables en esas épocas del año. Entre noviembre y marzo, abundan las precipitaciones. En invierno, llega a hacer mucho frío e incluso puede nevar. De todas formas, conviene informarse sobre las diferencias climáticas entre las regiones. A pesar de que, en verano, la temperatura en el desierto oriental es llevadera, el desierto del sur puede llegar a ser muy caluroso. Descubre un país impregnado de historia, con una cultura fascinante y que destaca por la hospitalidad de sus habitantes. Visita Petra y Wadi Rum o recorre el desierto en este fabuloso país de Oriente Medio.
El momento ideal para visitar Amán y el norte de Jordania es durante la primavera y el otoño: las temperaturas son especialmente agradables en esa época. Si soportas bien el calor, también puedes ir en verano. En invierno, las temperaturas son más frías, hay abundantes precipitaciones e incluso puede llegar a nevar. Visita Amán, una ciudad moderna y conservadora al mismo tiempo. Tiene una vida cultural muy dinámica y las cafeterías y bares del oeste tienen muchísimo ambiente. Descubre su teatro romano y visita el Museo Nacional, antes de salir en dirección a las montañas del norte del país. Los emplazamientos arqueológicos de Gádara, Pella y Gerasa te encantarán.
El clima en el sur es desértico y las temperaturas pueden llegar a ser asfixiantes en verano. Por tanto, evita ir allí en verano si te cuesta aguantar una temperatura de 45 grados. Mejor en primavera u otoño. Te quedarás boquiabierto con el teatro de Petra, las tumbas reales, y con todos los demás tesoros que encierra esta preciosa ciudad. Ve a Wadi Musa para tomar la carretera hacia el desierto del sur, la tierra de los beduinos. Allí, descubrirás magníficos oasis, paisajes espléndidos al atardecer y muchas dunas de arena.
El verano es muy caluroso en la carretera del Rey. Es mejor recorrerla en primavera o en otoño, ya que de noviembre a marzo llueve mucho. Por la carretera del Rey han pasado numerosos pueblos. Recórrela y descubre, antes de llegar a la garganta del Wadi Mujib, un paisaje impresionante formado por colinas y olivares donde reina la calma. Cruza la magnífica garganta del Wadi Mujib y descubre las avenidas de álamos e higueras, así como las ciudades con sus preciosos mercados. No te pierdas los mosaicos de Madaba, ni tampoco las fortalezas de Kerak y Shobak.
En el desierto oriental, el calor del verano es menos agobiante que en otras regiones. Lo mejor es ir entre abril y noviembre, cuando no hace frío. Descubre el desierto oriental de Jordania y sus edificios antiguos decorados con frescos, mosaicos y mármoles que mandaron construir los primeros soberanos árabes. Los castillos eran un oasis para descansar y festejar en mitad del desierto, y también servían de puente tanto para los peregrinos que iban de camino a la Meca como para los comerciantes.
El clima de Jordania es similar al clima europeo. Gracias a las montañas, por el día las temperaturas rara vez superan los 30 grados cuando se está en sitios como Petra o el desierto de Wadi Rum. De marzo a mayo, la primavera ofrece un clima agradable para un viaje en familia a Jordania, al igual que durante las vacaciones de otoño.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que puede haber diferencias significativas de temperatura en la misma época, según las regiones y lugares. De hecho, no hay una época ideal en términos generales, puesto que en pocos kilómetros puede haber hasta diez grados de diferencia. Así, la región del mar Rojo ofrece temperaturas cálidas incluso en otoño, mientras que Amán y el norte tienen temperaturas más parecidas a las del sur de Europa.