En México, varias comunidades locales están convirtiendo el turismo en una herramienta de empoderamiento, desarrollo sostenible y orgullo cultural. Hay varias iniciativas que aspiran a ser algo más que una parada entre dos famosos sitios turísticos: te invitan a conectar, aprender y dejar huella.
En Yokdzonot, a pocos kilómetros de Chichén Itzá, una cooperativa de mujeres gestiona un impresionante cenote. Nadar, hacer rápel, lanzarse en tirolina o disfrutar de un almuerzo típico forman parte de una experiencia auténtica que protege la naturaleza y genera empleos para la comunidad.
En Chemuyil, el colectivo juvenil Bejil Ha nació del deseo de proteger los cenotes del pueblo. Hoy ofrecen unos tours únicos que están guiados por jóvenes locales, combinando así aventura y educación ambiental para conservar estos ecosistemas sagrados.
En Yaxunah, el proyecto Xmajana y el Centro Cultural Comunitario reúne a familias que abren sus puertas para ofrecer experiencias culturales: hospedaje en casas locales, cocina tradicional, talleres de artesanía y visitas a un yacimiento arqueológico maya. Todo esto contribuye a la preservación cultural y al fortalecimiento de los lazos en el pueblo.
Con cada una de estas experiencias en México, ajenas a las típicas atracciones turísticas, podrás conectar con la gente, con el territorio y con una forma de viajar más consciente y transformadora.