Mi opinión
Conocida por ser una turística ciudad hippy, un poco sobrevalorada, desde mi punto de vista, la bahía Byron me pareció estupenda: una ciudad en la que se vive todo el año en chanclas; una ciudad para relajarse, deportiva y artística, que transmite una energía positiva y creadora; un lugar para los epicúreos, aficionados al yoga, al surf ¡y a la buena comida! Me sentí muy bien y me instalaría allí definitivamente. La bahía Byron ha sabido conservar su encanto en su verde marco que, gracias a la legislación, no ha sido deteriorado por los bloques de apartamentos, ¡como ha ocurrido en la Costa de Oro! Para mí, es la estación balnearia que no se debe dejar de visitar, durante un viaje por Australia, ¡sobre todo si eres un amante de la relajación y de los deportes náuticos!
Aparqué la furgoneta en el camping "Beaches of Byron" (Playas de Byron), un poco a las afueras de la ciudad. En este camping, grandes pavos (Bush Turkey), de los que se ven regularmente en esta región, deambulan libremente entre las tiendas ¡y vienen a picotear en tus efectos personales! ¡Yo vi uno picotear y rasgar la tienda del vecino! No dudan en romperlo todo. ¡Otro se marchaba incluso con mi bolsa de aseo en el pico! Por lo tanto, ¡cuidado con tus cosas en Byron!
Me encantó pasearme por las calles del centro de Byron e ir de compras. A la orilla del mar, un montón de furgonetas ocupaba el aparcamiento de la playa. La gente, estirada sobre el césped, escuchaba un concierto al aire libre: experimenté una sensación de vivir muy dulce. En cuanto a la playa, la del centro, es muy grande y bastante agradable, pero te aconsejo ir hasta las de cabo Byron, justo al lado. Menos frecuentadas, ofrecen hermosas olas sobre las que me encantó surfear. La cultura del surf está siempre presente en la bahía Byron. Aquí aprendemos a vivir a la australiana, al ritmo del mar y de la naturaleza. Es un poco la Margaret River del este, ciertamente más turística y más grande. Por la noche, fui, como todo mochilero que se precie, a un famoso pub. Desde el camping, las lanzaderas te recogen gratuitamente para llevarte al pub, donde reina un magnífico ambiente. Para conocer otros jóvenes viajeros extranjeros, ¡es el lugar por excelencia! Se organizan muchos juegos por la noche; ¡unos amigos incluso ganaron un salto en paracaídas!
Si vas a la bahía de Byron, te aconsejo también hacer una pequeña excursión a Yamba, para disfrutar del deporte y la naturaleza (1h30 de carretera más al sur). Allí encontrarás piscinas naturales, ¡a las que podrás lanzarte desde los acantilados! Finalmente, si quieres descubrir una aldea típicamente hippy, puedes, como yo, visitar la comunidad de Nimbin (a 1h15 de coche, hacia el interior). La carretera serpentea a través de la campaña y el pueblo no es fácil de encontrar. Nimbin es una aldea de gran colorido. Aquí la droga blanda está autorizada; las tiendas la venden abiertamente. ¡Se entra en otro mundo!
