Con sus más de 900 especies de aves, Costa Rica es un auténtico paraíso para los amantes de la ornitología, tanto iniciados como expertos. En las selvas tropicales, en manglares cubiertos de musgo o sobre los volcanes humeantes, la naturaleza despliega todos sus colores. Desde los tucanes de grandes picos hasta los colibríes suspendidos en el aire, cada plumaje cuenta su propia historia.
Lejos del bullicio, escuchar el canto de un quetzal o contemplar el vuelo de una espátula rosada se convierte en un momento mágico, una invitación a frenar el ritmo. Durante tu viaje a Costa Rica, abre bien los ojos, afina el oído y sal al encuentro de las tres aves más bonitas del país.

Lista de aves que ver durante un circuito por Costa Rica
- Quetzal resplandeciente: el ave emblemática de Costa Rica
- Momoto rufo: el “reloj del bosque”
- Tucán pico iris: símbolo de las selvas tropicales
- Espátula rosada: el ave marina de alas acuarela
- Guacamayo rojo: la estrella del parque Tortuguero
- Tangara azulada: el ave de los 50 tonos de azul
- Cacique moñudo: el elegante pájaro negro de cola amarilla
- Colibrí gorgiverde: el pequeño pájaro esmeralda
- Águila harpía: una de las más grandes del mundo
- Saltarín cuellinaranja: el rey de las danzas nupciales
- Fragata magnífica: el ave del corazón rojo
- Pava crestada: la “pava salvaje” de los bosques tropicales
- Habia carinegra: llama roja de los bosques de altura
Quetzal resplandeciente: el ave emblemática de Costa Rica
Pequeño y majestuoso, el quetzal es uno de los pájaros más fascinantes de América Central y símbolo nacional de Costa Rica. En la niebla de los bosques nubosos de Monteverde, su plumaje verde esmeralda y rojo intenso brilla como una joya.
Su canto evoca la leyenda del dios Quetzalcóatl, venerado por mayas y aztecas. Para admirarlo, los observadores de aves suelen acudir al parque nacional Los Quetzales u hospedarte en un alojamiento familiar en San Gerardo de Dota.
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Momoto rufo: el “reloj del bosque”
Con plumas verdeazuladas y una cola en forma de raqueta, el momoto rufo parece salido de un sueño tropical. Se balancea suavemente en las ramas, vigilante, marcando el ritmo del bosque. Es común en los parques de Monteverde, Palo Verde, Tenorio y Santa Rosa.
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Tucán pico iris: símbolo de las selvas tropicales
El tucán es la estrella de los viajes en familia por Costa Rica. Entre las seis especies presentes en el país, el tucán pico iris destaca por su enorme pico multicolor: amarillo, azul y negro.
Habita en las selvas de Sarapiquí, en la península de Nicoya y en los parques nacionales de Tortuguero y Manzanillo, dos de los más conocidos de Costa Rica.
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Espátula rosada: el ave marina de alas acuarela
Con su plumaje rosa pálido y su largo pico plano, la espátula rosada parece pintada a mano. Se mueve con gran elegancia entre manglares y marismas, especialmente en el parque nacional Palo Verde o en los humedales de Sierpe. Cuando la marea está baja, busca pequeños crustáceos moviendo su pico de lado a lado en una danza hipnótica.
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Guacamayo rojo: la estrella del parque Tortuguero
El guacamayo rojo (o lapa roja) es un espectáculo viviente: su plumaje combina rojo, azul y amarillo en un estallido de color. Ruidoso y sociable, vuela en pareja o en grupo por las copas de los árboles.
Se puede observar en la península de Nicoya y en las selvas del Pacífico, donde cumple un rol ecológico fundamental al dispersar semillas.
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Tangara azulada: el ave de los 50 tonos de azul
Pequeña y vibrante, la tangara azulada parece una pincelada de cielo entre las hojas. Se alimenta de frutas, semillas e insectos, y es fácil verla en jardines tropicales o en el parque Braulio Carrillo. Su canto cristalino delata su presencia antes que su color.
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Cacique moñudo: el elegante pájaro negro de cola amarilla
En las selvas húmedas, el cacique moñudo destaca por su plumaje negro brillante, su cola amarilla y su canto peculiar. También su pariente, el cacique de Montezuma, es famoso por su ritual: se balancea como un péndulo mientras canta y muestra sus plumas doradas. Su presencia es común en Tortuguero y el Caribe norte.
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Colibrí gorgiverde: el pequeño pájaro esmeralda
Costa Rica alberga más de 50 especies de colibríes. El colibrí gorgiverde, diminuto (mide menos de 8 centímetros) y rapidísimo (hasta 80 aleteos por segundo), es uno de los más hermosos. Aunque está en peligro de extinción, se le puede ver en las laderas del volcán Poás, cerca de las cataratas de La Paz o en San Gerardo de Dota.
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Águila harpía: una de las más grandes del mundo
Majestuosa y temible, la harpía sobrevuela las selvas primarias en busca de presas. Con hasta dos metros de envergadura, es uno de los depredadores más impresionantes del continente.
Puede avistarse, con un poco de suerte, en la cordillera de Talamanca.
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Saltarín cuellinaranja: el rey de las danzas nupciales
Este pequeño pájaro de colores intensos —naranja, negro y amarillo— es endémico de las áreas silvestres del sur de Costa Rica y el oeste de Panamá.
Durante el cortejo, los machos ejecutan espectaculares acrobacias para atraer a la hembra. Un espectáculo inolvidable en los bosques húmedos de la península de Osa, donde siempre es época lluviosa.
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Fragata magnífica: el ave del corazón rojo
Fácil de identificar en el cielo costarricense por sus grandes alas negras y la bolsa roja inflable en el pecho de los machos. Se observa en el parque nacional Manuel Antonio, la isla del Caño o el golfo de Nicoya, especialmente durante la época de apareamiento.
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Pava crestada: la “dinde” salvaje de las selvas tropicales
Con patas robustas y garganta roja, la pava crestada se asemeja a una pequeña dinde gris. Vive en grupos familiares en Corcovado, Carara y la reserva de La Selva. Su plumaje moteado de marrón y negro le permite camuflarse perfectamente en el bosque.
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Habia carinegra: llama roja de los bosques de altura
Entre los 600 y 1500 metros de altitud, este pequeño pájaro rojo habita los bosques nubosos y húmedos de la península de Osa y el golfo Dulce. Su plumaje encendido contrasta con el verde del entorno, como si se tratase de una brasa viva en la sombra.
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Preguntas frecuentes sobre el avistamiento de aves en Costa Rica
Lugares principales para la observación de aves endémicas en Costa Rica
- Reserva de Monteverde: hogar del quetzal, colibríes y trogones.
- Parque nacional Corcovado (península de Osa): selvas vírgenes con guacamayos, tucanes y más. Un lugar imprescindible durante un viaje de naturaleza por Costa Rica.
- La Selva (Sarapiquí): estación biológica de referencia para la conservación de la naturaleza. Es también un sitio habitual para la observación de algunas especies de aves tropicales.
- Reserva de Palo Verde (Guanacaste): humedales donde habitan ibis, garzas y espátulas rosadas.
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¿Cuál es el ave del paraíso en Costa Rica?
El “ave del paraíso” local es el quetzal resplandeciente, símbolo de libertad y belleza. Su plumaje verde iridiscente y su larga cola lo convierten en un ser casi mítico, vinculado a los dioses mayas y aztecas. El quetzal resplandeciente es el ave nacional y representa la riqueza natural del país.
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¿Qué especies de loros hay en Costa Rica?
La Costa Rica continental alberga varias especies, entre ellas el guacamayo rojo, el ara verde, la amazona de frente blanca y la cotorra de Finsch, comunes en Guanacaste y el Pacífico sur. También destaca el tucán pico iris, entre muchos otros iconos de la fauna costarricense.
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¿Cuál es la mejor época para observar aves?
De diciembre a abril, durante la estación seca: hay clima estable, caminos accesibles y alta actividad de especies de aves endémicas y migratorias, acuáticas y terrestres. En la costa caribeña, la observación es excelente durante todo el año.
Algunos consejos para tomar fotos de aves en Costa Rica
Para capturar la belleza de quetzales, tucanes o colibríes, lo ideal es madrugar o esperar el atardecer, cuando la luz es más suave. La paciencia y el respeto del entorno son las claves del fotógrafo de aves en Costa Rica.
Costa Rica es un espectáculo vivo con una historia natural marcada por una inmensa diversidad de aves y ecosistemas: selvas nubosas, volcanes, manglares y aves de todos los tipos y colores, desde el zopilote negro, el pájaro bobo o el benteveo de pecho amarillo hasta la paloma morada y el falaropo picofino. Desde un recorrido por el parque nacional Corcovado hasta una ruta por el Rincón de la Vieja, en el parque de Guanacaste, viajar con un guía local es la mejor manera de descubrir toda esta biodiversidad con los ojos y con el corazón.
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