Croacia es oficialmente laica, pero en ella se percibe una presencia muy fuerte de la religión que incluye la apolítica Este país se distingue de sus vecinos por la identidad católica dominante, guardiana de la cohesión nacional.
Croacia es ante todo un país católico, ya que el 87% de su población se declara practicante. La multitud de iglesias que encontrarás a lo largo de tu viaje por Croacia da prueba de ello. Los bautismos y otras ceremonias están presentes en la vida cotidiana croata, sin olvidar la famosa peregrinación a Medjugorje, lugar donde se apareció la Virgen. Aunque el Vaticano no ha reconocido este hecho, lo cierto es que suscita un fervor impresionante, y se ha convertido en un lugar con una afluencia creciente de fieles. Las visitas del Papa en 1994, 1998 y 2003 no han impedido que este lugar siga reuniendo a cientos de miles de creyentes. Croacia es definitivamente un país religioso.
La relación entre la Iglesia y el Estado es muy estrecha e influye en la vida civil. En 2013 se prohibió la educación sexual y el matrimonio homosexual, a pesar del desinterés y ateísmo de varios dirigentes políticos. La Iglesia tiene un poder e influencia evidente en Croacia, que a veces va en detrimento de los derechos humanos, sobre todo en la época en que gobernaba Tudjman.
Durante tu viaje por Croacia tendrás no obstante la oportunidad de visitar lugares donde se profesa culto a otras confesiones, a pesar de que estas tienen un carácter minoritario. En Croacia residen ortodoxos, musulmanes, protestantes, judíos y ateos que constituyen únicamente un 13% de la población total. Esta implantación religiosa se debe a distintos hechos históricos. El dominio del imperio otomano entre los siglos XV y XIX dejó en el país una huella sensible, aunque no es visible en todo el territorio: la mayor parte de los convertidos se encuentran sobre todo en la región de Zagreb.