Personalmente, me encantó visitar este sitio, uno de los más salvajes de la costa. Ideal para los amantes de la naturaleza. La entrada es un poco cara (10 $) pero vale totalmente la pena. Ten en cuenta que no se aceptan tarjetas de crédito, así que lleva dinero en efectivo, porque una vez pasado Carmel, no hay muchos cajeros. Es mejor visitar el parque en primavera o en otoño. En la época de febrero a abril, las ballenas azules recorren la costa durante su migración y buscan refugio en las corrientes más tranquilas de la bahía de Monterey, acompañadas de sus crías. Yo logré ver ballenas en mayo y septiembre, así que no pierdas la esperanza aunque visites el parque fuera de este período.
Y si no tienes suerte con las ballenas, puedes conformarte con ver las focas que toman el sol en las calas del otro lado del parque. Ten cuidado con el "poison oak" o roble venenoso, una planta muy irritante que crece a ambos lados de los caminos. La reconocerás por su forma de hoja de roble y por su brillo. No recomiendo las aventuras "off-road" por tu cuenta y riesgo, y sobre todo no en pantalones cortos. A pesar de este pequeño inconveniente, el parque sigue siendo uno de los lugares mejor conservados y más bonitos de la costa, y el precio es totalmente adecuado a los paisajes que podrás admirar ahí.