Yosemite es un parque imprescindible si visitas esta región de Estados Unidos, una joya en mitad del desierto que te dará la libertad de sentirte como un explorador, más que como un turista. Creo que lo mejor es quedarse allí varios días con mochila y tienda de campaña. Llévate provisiones, porque los precios dentro del parque son prohibitivos y, sobre todo, ¡cuidado con los osos!
En mi opinión, es imprescindible explorar al menos una de las rutas de senderismo del parque. Mi preferida es Inspiration Point. Es bastante empinada, pero en menos de una hora tendrás unas vistas impresionantes del valle de Yosemite, de las montañas de El Capitán y el Half Dome, y de las cascadas de agua. Bridal Veil, o el velo de la novia, es sin duda la más bonita y la más famosa.
Sin duda, uno de los mejores recuerdos visuales que tengo del oeste de Estados Unidos. ¡Y ya es decir! Esta región del mundo ofrece cada vez más maravillas, según la vas atravesando.
Parque Nacional de Yosemite es un auténtico espacio natural que me fascinó y del que guardo unos recuerdos preciosos; la diversidad de paisajes es increíble. Es un paraíso para los amantes de la naturaleza, del senderismo, de la escalada y de la fotografía.
De entrada, están sus montañas de granito en forma de cúpula, como el Half Dome y El Capitán. Este último tiene uno de los acantilados mayores del mundo. Luego están sus magníficas cascadas, que es mejor ir a ver en la estación adecuada (el final de la primavera) y, por último, sus impresionantes miradores como Glacier Point. En resumen, fue uno de los muchos lugares del oeste de Estados Unidos que me enamoraron.