Aun en pie y bien conservado gracias a su piedra formada por conchas sedimentadas, el fuerte de San Marcos, en los Estados Unidos nos recuerda la época en la cual Florida fue española. El fuerte fue británico durante 20 años y se convirtió en monumento nacional de los Estados Unidos en 1924.
San Agustín es el lugar de la casa, escuela, prisión, tienda y fortaleza más antiguas de los Estados Unidos ya que fue fundado en 1565 por los españoles. El fuerte fue construido para defenderse del enemigo británico de Carolina del Sur.
He visto el fuerte Carré en Antibes, Francia, y mi parada en San Agustín, durante mi viaje por Estados Unidos me lo recordó. La ciudad de la Florida tiene el mismo carácter de lugar de vacaciones estivales que la Costa Azul. Para los amantes de la historia, el fuerte de San Marcos tiene muchos atractivos. El lugar está gestionado por el servicio de parques nacionales (National Park Service o NPS) americano y en él encontramos historia, arquitectura, cultura y visitas guiadas. Los guías disfrazados son populares entre los grupos escolares, las familias y los niños que desean aprender la historia de alguien en traje de soldado de época.
Si deseas tener una vista de la ciudad y la bahía, sube los 220 escalones del faro San Agustín.
Fue a pie comovisitéel centro de San Agustín, aunque también se puede recorrer en un trenecito. Me dejé impregnar por el pasado, sobre todo porque algunos comerciantes se paseaban por allí vestidos de época. Pasé delante de unos edificios magníficamente restaurados, casas antiguas totalmente de madera. La más antigua data de 1720. Me adentré en el corazón de la ciudad, y, deambulando por sus estrechas callejuelas, observé a los artesanos trabajando, sobre todo la madera. Después me dirigí a la fábrica de chocolate, atraída por su aroma.
Luego llegué hasta el Castillo de San Marcos, una construcción impresionante que no ha sufrido los estragos del tiempo. Fue construido en el siglo XVII para proteger la ciudad. Es la fortaleza más grande de Estados Unidos.
Terminé mi visita con el faro, donde subí más de 200 escalones. Mi esfuerzo se vio recompensado por las magníficas vistas que pude contemplar.