Si te gustan los monumentos históricos, los museos y los edificios oficiales, esta ciudad es para ti. Washington tiene un montón de museos de todo tipo y para todos los gustos: históricos, de historia natural, de arte clásico, moderno o contemporáneo... Por tanto, durante tu viaje por Estados Unidos, te aconsejo que visites al menos un museo. ¡Hay tantos que sería una pena dejarlo pasar!
También me pareció muy agradable simplemente pasear a pie por la ciudad. Las calles son muy amplias y el casco histórico parece un inmenso parque lleno de monumentos. Son imprescindibles el Washington Monument (un obelisco), el Capitolio, el National World War II Memorial, o incluso el Lincoln Memorial, con una gigantesca estatua de Abraham Lincoln. También deberás darte una vuelta por la Casa Blanca, aunque las visitas a su interior son muy difíciles de conseguir.
Washingtones la sede de casi todas las instituciones políticas del país: la Casa Blanca, el Capitolio e incluso el Tribunal Supremo se encuentran allí. Podrás verlas todas, pero desde fuera y con distancia.
Me sorprendieron agradablemente la tranquilidad y la limpieza de Washington. En efecto, es muy agradable pasear por allí. El centro de la ciudad tiene muchos espacios verdes, ideales para hacer picnic en verano.
Durante tu viaje por Estados Unidos, infórmate sobre los conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional, ya que suelen tocar regularmente en la ciudad. ¡Es una auténtica maravilla!
Lo que me gustó de mi visita a Washington fue que por fin pude ver en carne y hueso los monumentos que solemos ver en nuestras pantallas, ya sea en la tele o en el cine, gracias a las grandes producciones estadounidenses. Ver que el Capitolio, el Washington Monument o la Casa Blanca se quedan en su sitio por más de cinco minutos sin ser atacados por naves espaciales te produce una sensación especial. Si visitas los Estados Unidos, no puedes perderte estos «monumentos estrella».
El centro de Washington no es el que más me gustó de los centros que vi por Estados Unidos, pues me pareció bastante aséptico y sin encanto. Las calles eran frías y no llamaban la atención.