De mi viaje por Estados Unidos, tengo sentimientos encontrados cuando recuerdo esta inmensa megalópolis que esLos Ángeles. De entrada recuerdo que, en pleno verano, sufrí mucho con la contaminación y con los embotellamientos interminables de la ciudad.
Situada al sur de California, la ciudad es conocida sobre todo por los famosos estudios de Hollywood que, en parte, se pueden visitar. Los grandes parques de atracciones, Disneyland y Universal Studios Hollywood, también son destinos principales de esta región.
Como todo el mundo, en Los Ángeles fui al mítico Sunset Boulevard para ver la acera de los famosos, y también a la inmensa playa de Venice Beach, abarrotada de turistas y vendedores callejeros.
Lo que más recuerdo de mi estancia en esta ciudad del sur de Estados Unidos, es que fui en coche hasta allí por un arrebato. Yo, que no soy especialmente partidaria del coche, me puse al volante por aquella enorme autopista de nueve carriles. Sin embargo, tras llegar sana y salva, me sentí muy orgullosa de haber logrado esta hazaña.
Cambiando de tema, Los Ángeles también es interesante por sus famosos barrios, como Hollywood y Beverly Hills. Es la ocasión perfecta para soñar con la vida de los millonarios al pasar ante sus casas, gigantescas e increíblemente lujosas. Además, llama la atención el contraste entre estas zonas y las menos acomodadas. En estas últimas, los inmigrantes, normalmente latinoamericanos, esperan en fila con la esperanza de que les contraten durante un día. En efecto, Los Ángeles no se escapa a esta cruda realidad a la que se enfrenta Estados Unidos.