Lo que más me impresionó de mi paso por Durango fue la gente que conocí. En general, durante un viaje por Estados Unidos, cuanto más pequeña es la ciudad, más acogedores son sus habitantes, y Durango no es ninguna excepción a esta regla. Además, hay muchos estudiantes y es una ciudad perfecta para salir de marcha por la noche.
También te aconsejo que te des un paseo por el casco histórico para ver las viejas locomotoras de la línea Durango-Silverton y, si tienes tiempo, que te montes en una para ver la ciudad minera de Silverton.
También hay muchas actividades para los que prefieren la naturaleza y los deportes en los alrededores de la ciudad, por ejemplo, en las montañas, perfectas para hacer mountain bike o en el lago de Nighthorse, a pocos kilómetros al sur.