Umm Qais es un lugar excepcional: una de mis visitas preferidas, ya que a pesar de que esta la ciudad tiene un tamaño más reducido que Gerasa, su entorno es increíble. Desde el restaurante situado en las alturas puede contemplarse la llanura de Golán y el Lago de Tiberíades, algo grandioso. Además, pude disfrutar de un buen almuerzo sobre la terraza exterior.
La ciudad antigua se encuentra muy bien conservada: me parecía encontrarme en una urbe animada durante mi paseo a lo largo el Decumano (calle principal) Para visitar las ruinas cabe la posibilidad de hacerlo con un guía, lo cual resulta mucho más interesante gracias a sus explicaciones excelentes acerca de la vida pasada que existía en este lugar: los baños, teatros, tiendas de comerciantes...
También el hecho de que existía un acueducto subterráneo de 100 km construido ¡para conducir el agua hasta Umm Qais! Las ruinas de la basílica bizantina son espectaculares, al igual de las del mausoleo subterráneo y la necrópolis.