Unas instalaciones muy bien acondicionadas acogen a los visitantes en el monte Nebo durante un circuito por Jordania..
Tras subir cuesta bastante empinada y llena de curvas, durante la cual tomé a un auto-estopista de Costa Rica, dejé el coche en el aparcamiento. Pagué la entrada y después me dirigí hacia los magníficos mosaicos de la iglesia. Sin embargo, lo más bonito de allí sin duda son las vistas desde la explanada
Admiré la fosa del Jordán, que se extiende 1230 m hacia abajo. En el mapa de orientación, me sorprendió la proximidad de las colinas de Judea, Samaria, Jericó y Jerusalén, tras el mar Muerto. En ese momento, tuve la impresión de estar realmente en el centro de la historia, frente a la Tierra Prometida.
Durante mi viaje a Jordania, subí hasta la cumbre de 840 metros del monte Nebo, o Siyagha, como también se le llama. La visita suele ir unida a la de Betania. Todos los hoteles de Madaba organizan la excursión. Para ir con más tranquilidad y no como parte de un grupo, no me costó nada que me llevasen en autoestop.
Desde lo alto del monte Nebo, hay unas vistas impresionantes. A lo lejos, se ve el río Jordán, el mar Muerto, los montes de Judea, Jericó e incluso Palestina. La atmósfera es bíblica. Incluso si no eres religioso te emocionarás cuando vayas. En cuanto la la historia, el monte Nebo es donde murió Moisés. Hay una gran escultura de hierro que representa su bastón. También se erigió otra en memoria de la llegada del Papa Juan Pablo II.
Le aconsejo la excursión a todo el mundo, ya sea por su dimensión religiosa o sencillamente por las vistas.
El monte Nebo es uno de los mejores recuerdos que conservo de mi viaje a Jordania. Es un sitio sin pretensiones, de tamaño manejable, donde reina una calma especial.
El lugar no es demasiado turístico, así que podrás tomarte tu tiempo contemplando los mosaicos que hay allí. Valoré mucho el esfuerzo de documentación: la exposición era muy instructiva y clara. En el monte Nebo te sentirás en el centro de la historia, pero no más que en otros lugares de Israel o de Jordania, o al menos eso me pareció a mí.
Tuve la suerte de contemplar unas vistas bastante despejadas de la Tierra Prometida y de ver a lo lejos Jericó, el mar Muerto y las verdes colinas. Hay un mapa de localización muy práctico. La atmósfera me pareció muy apacible, e incluso emocionante.