Con una extensión de menos de 90.000 kilómetros cuadrados, Jordania es un país manejable. Las distancias nunca son enormes y si hay algo seguro es que no perderás un tiempo exagerado en transportes durante tu viaje a Jordania.
Los desplazamientos por la ciudad
Salvo la capital, Amán, que es relativamente grande, podrás visitar todas las ciudades y sitios turísticos a pie fácilmente. Las condiciones de seguridad son bastante buenas y podrás desplazarte sin peligro.
La mejor solución para los trayectos urbanos es montarse en un taxi. Hay muchos y no son muy caros. Pídele al taxista que ponga en marcha el taxímetro. Atención: al terminar la carrera, a veces te añadirá automáticamente la propina. Es cosa tuya dársela o no, pero no es obligatoria, sobre todo si es cara. Ten en cuenta también que los taxistas no hablan nada de inglés. Por eso a veces no es fácil negociar o dar indicaciones.
En Amán también podrás montarte en uno de los muchos minibuses que recorren la ciudad. Los trayectos son fijos. Indica bien tu destino antes de montarte para asegurarte de que sea el correcto.
Entre dos ciudades
Para llegar a alguna ciudad durante tu viaje a Jordania, la decisión es sencilla. Solo podrás ir en autobús. Algunos taxistas también se te ofrecerán para largas distancias. Negócialo bien antes de aceptar, pero, aunque la solución no sea muy económica, a veces puede interesarte si tienes muy poco tiempo.
Por supuesto, lo más económico es ir en autobús o en minibús. Los primeros son muy cómodos y es recomendable reservar el billete al menos el día antes. Por los segundos, no te preocupes: salen cuando se llenan.
Si no quieres perder ni un segundo en desplazamientos, hay una línea aérea que une Amán con la estación balnearia de Áqaba. Las tarifas suelen ser muy atractivas.
La última opción es que hagas autoestop. Oficialmente está prohibido, pero en la práctica es muy habitual. Lo normal es que no tengas que esperar más de 5 minutos en el arcén para que alguien te recoja.
