El parque toma su nombre de un lago salado, el Tsimanampetsotsa, literalmente « el lago sin delfín ». La presencia de sulfato de calcio en las aguas hace la vida imposible a los peces. Los tonos de este lago de unos veinte kilómetros de longitud son sorprendentes, pasando de un azul turquesa al verde esmeralda.
Tsimanampetsotsa es un lugar fantástico para observar los pájaros, ya que es el hogar de un centenar de especies, como el somormujo, el chorlito de Madagascar, o los famosos flamencos rosados o enanos.
El parque ofrece cuatro rutas a elegir según tus gustos. Una de ellas se centra más en la ornitología, otra recorre los relieves, cuevas y ríos subterráneos que son el hogar del pez ciego en extinción. El tercer recorrido está basado en el mundo vegetal, y el último en los lémures.