Rodeada de un paisaje granítico y semidesértico se encuentra la ciudad de Ambalavao, de 30000 habitantes y famosa por su mercado de cebúes, que tiene lugar cada miércoles. En Madagascar, el cebú es un símbolo de poder y riqueza. Es un animal sagrado que se suele ofrecer como dote en los matrimonios. Se utiliza para el transporte, pero también en las ceremonias importantes.
Recórrete las calles de Ambalavao, salpicadas de casitas de madera preciosas, antes de seguir hacia el parque de Andringitra. Está a unos cuarenta kilómetros y tiene mucho para explorar: pueblecitos de cabañas con techos de paja, campos de arroz, montañas y unos paisajes espectaculares.
Las especialidades de la ciudad son el cultivo de gusanos de seda y la fabricación artesanal del papel «antaimoro» con cortezas de avoha, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI.