Una buena opción para alejarte de la efervescencia de Bangkok, durante tu viaje por Tailandia. El parque Khao Yai es bastante desconocido por los turistas y abarrotado por los tailandeses los fines de semana. Reflejando la diversidad de la selva tropical tailandesa, solo quedan algunos elefantes en libertad (que, desgraciadamente, son bastante difíciles de observar).
En la recepción del parque, una persona puede informarte sobre los senderos posibles para hacer solo o acompañado de un guía. Te aconsejaría coger un guía, porque ellos te dan la posibilidad de disfrutar mucho más de la fauna y la flora.
El camping es bastante básico pero ofrece la posibilidad de alquilar todo, perfecto para los viajeros como yo. Pienso que es una buena opción cuando dispones de tiempo porque es una experiencia única estar en la selva de noche.
Llegué a Pak Chong en un tren que se mete poco a poco en la selva, primer contacto con la abundante vegetación de la región. Después de esta ciudad elegí mi guía y partimos en pequeño grupo al asalto de la jungla tailandesa. En el programa: caminata por la selva y observación de la fauna local.
Después de haber visitado una cueva que sirve de lugar de oración a los monjes del pueblo y llena de criaturas más horribles las unas que las otras, fuimos testigos de la emocionante caza de millones de murciélagos a la puesta del sol. Me encantó esta primera media jornada de descubrimientos. No siempre se ofrece en los recorridos que se concentran en el safari de elefantes en el día, pero si tienes tiempo, te aconsejo sinceramente que participes: ¡escalofríos y la piel de gallina garantizados!
También fuimos a la búsqueda de elefantes que viven en libertad en el parque. Este safari fue la ocasión de contemplar las cascadas del parque y de observar las serpientes, arañas, escorpiones, monos (cuidado con tus provisiones, son más rápidos que los relámpagos para robar tu picnic y deleitarse ¡delante de ti!) y muchos otros animales entre los árboles majestuosos de la selva.
Esta excursión inolvidable a Khao Yai me descubrió toda otra faceta del país y de sus playas de arena dorada: una etapa alternativa perfecta durante una estancia en Tailandia.