Un descubrimiento que hice gracias a un amigo con el que me alojaba en la región, el Prasat Phnom Rung es una pequeña joya de la arquitectura jemer. El templo data del siglo X, época en la que el imperio jemer se asentaba en el actual territorio thai. El complejo histórico está situado sobre una colina y las vistas dan a los campos de Isan, región agrícola del noreste de Tailandia.
No sabía a qué atenerme al llegar allí y me quedé impresionando viendo el largo pasaje y las escaleras que conducían al templo, extremadamente bien conservado. Ya había vistolos templos de Angkory, por tanto, pude comparar los estilos arquitectónicos de los edificios.
Me recibieron unas estatuas de leones. Acada lado, unas reservas de agua demuestran el dominio de los elementos que tenían sus creadores, transformando, hace tanto tiempo,el cráter de este antiguo volcán en una fuente de agua. Visitar este templo es claramente una experiencia fuera de lo habitual. Claro que había gente, pero la mayoría eran tailandeses, que, como yo, estaban deseosos de descubrir su patrimonio.
Tuve mucha suerte de visitar Prasat Phanom Rung, un templo aislado y muy poco turístico situado al este de Tailandia, no muy lejos de la frontera con Camboya. El estilo de los templos es jemer y objeto de rivalidad entre ambos países. En aquel momento, pasaba algunos días en la región y un guía francés me llevó hasta allí.
El templo Prasat Phanom Rung es impresionante. Apenas había nadie durante la visita, aparte de unos monjes que hicieron que mis fotos fuesen aún más pintorescas. Los detalles de las esculturas y los frisos se encuentran en muy buen estado. Cuando fui a Angkor más tarde me di cuenta de la suerte de haber visto estos templos, igual de bonitos, pero en un ambiente mucho menos turístico.
Estábamos rodeados por la selva y por militares de mirada dura. Por eso, no nos arriesgamos a salirnos de los caminos establecidos, estando los militares tan cerca. Volvimos por donde habíamos llegado y seguimos visitando otros lugares, con las imágenes de este templo aún en la retina. Fue un momento inolvidable de mi viaje a Tailandia.