Después de ver la ciudad de Krabi, estaba impaciente por ver cómo eran aquellas playas legendarias. Después de hacer algunas averiguaciones, me enteré de que Ao Nang tiene una de las playas más bonitas de la zona, pero que cada vez está más concurrida, ya que su fama aumenta año tras año.
Después de un breve trayecto en el songthaew (el autobús local), vi ante mí una playa larga, rodeada de montañas y de palmeras. De sus aguas turquesas salían riscos elevados... Por el paisaje da la impresión de que te has metido en una postal. ¡Ideal para unas vacaciones familiares!
Hay actividades que no te puedes perder si vas a Ao Nang: pasear, bañarte, bucear, relajarte en la arena y hacer excursiones a las islas vecinas, por no hablar de las playas de Rai Leh y Nopparat Thara, que también son preciosas.
Krabi es el tipo de destino en el que no sabes por dónde empezar, tal es la cantidad de cosas que hay que ver y hacer. Afortunadamente, en Ao Nang está todo más orientado, con lo que no hay dilema corneliano. Todo se resume en relajación, pero no solo eso, sobre todo para para los que no se asustan con las vacaciones deportivas. En efecto, Ao Nang está bordeado por acantilados que sirven de terreno de juego para los amantes de la escalada.
Yo fui más prudente y me contenté con dar un paseo en canoa cerca de la magnífica playa de Railey, accesible únicamente en barco. En esta misma playa tienes, por un lado, una playa enorme encajada entre dos acantilados y, por el otro, el manglar: un contraste sorprendente. El acantilado esconde en el centro una pequeña gruta dentro de la cual podrás ver "bastones" en forma de pene... Las creencias locales suponían que una diosa de la fertilidad viviría allí.
Hay muchas otras playas en Ao Nang, la más grande en el norestela más tranquila sin duda; no hay nada másque algunospequeñosresorts. Para disfrutar de un poco de animación, tienes que dirigirte a la zona dedicada, en el centro de Ao Nang. Es difícil no encontrarla porque es como un anuncio luminoso en el que verás los restaurantes, los grandes hoteles y múltiples salones de masaje.
Ao Nang es más una ciudad de vacaciones que una auténtica ciudad. A ambos lados de la calle, los restaurantes, hoteles (cada uno más caro que el anterior) y tiendas se construyen a la velocidad del rayo. Hay que salir de la ciudad para conocer a los locales y encontrar restaurantes típicos.
Aparte de eso, Ao Nang se encuentra en el corazón de un impresionante paisaje kárstico. La amplia playa promete largos paseos en compañía de los monos salvajes. También podrás disfrutar de unas maravillosas puestas de sol de las que nunca te cansarás.
Si bien Ao Nang es un bonito lugar para pasar unos días durante un viaje por Tailandia sin salirse demasiado de la ruta habitual, la ciudad se aleja bastante de lo típico y tradicional.