Kokand es una ciudad muy corriente donde pasé un día muy agradable. Hay bonitas mezquitas, algunas madrasas viejas y la gente es muy amable.
Tuve la oportunidad de ir a la mezquita a las 13, la hora del rezo. Cuando se acabó, la gente me invitó enseguida a entrar y enseguida entablamos conversación.
A continuación, me dirigí al cementerio Dakhma i Chokhon. Después de cierta confusión en esta extraña disposición de lápidas, encontré el mausoleo de Modari Khan. Allí, a la sombra de un árbol, un grupo de mujeres y hombres me invitó a tomar el té, me ofrecieron dejar mi mochila con ellos mientras paseaba por los alrededores y explicaron un poco la historia de la zona. Me quedó claro que durante un viaje a Asia Central puede ser muy interesante dominar un poco de ruso.